HISTORIA
Los orígenes exactos de los protectores bucales no están claros. La mayoría de las evidencias indican que el concepto de protector bucal se inició en el deporte del boxeo, aunque hace cientos de años los antiguos atletas griegos ya mordían correas de cuero, para conseguir una ventaja en la competición. Sabían que obtenían una cierta ventaja, pero desconocían las causas.
Los boxeadores al principio usaban protectores bucales rudimentarios fabricados con algodón, cinta, esponja, o pequeñas piezas de madera. Estos apretaban el material entre sus dientes lo cual les presentaba un problema para concentrarse en la pelea al apretar los dientes al mismo tiempo. Dado que estos dispositivos no resultaron prácticos Woolf Krause, dentista británico en 1892 coloca unas tiras de resina de caucho natural y gutapercha, sobre los incisivos superiores de los boxeadores antes de entrar en el ring. Después su hijo Philip Krause que era boxeador aficionado él mismo sin duda, utilizó su propio dispositivo antes de 1921.
Ha habido otras reivindicaciones de la invención del protector bucal así. A principios de 1900 Jacob Marks creó un protector bucal y un dentista americano, Thomas A. Carlos, también desarrolló un protector de boca en aproximadamente el mismo tiempo que Krause. Carlos afirmó que hizo su primera boquilla en 1916 y mas tarde sugirió que su invento fue olímpico de Estados Unidos.
A día de hoy los protectores bucales se han convertido en un Standard en muchos deportes. Además de futbol la NCAA requiere actualmente protectores bucales en el hockey sobre hielo, hockey y lacrosse. La ADA muestra que los protectores bucales son muy eficaces en la prevención de daños y los recomienda en 29 deportes.
El concepto de protector bucal moderno comenzó a partir de 1970 realizado por el doctor A.W.S. Wood dentista pediátrico de Canadá con el fin de proteger de lesiones a niños que jugaban al hockey.